
A través de esta práctica intentaremos profundizar en el ideal de belleza del arquitecto y diseñador norteamericano Frank Gehry, autor perteneciente a la corriente deconstructivista, que se caracteriza por una arquitectura de formas envolventes y despunta por su preocupación escultórica.
El proceso creativo comienza a través del desarrollo de una idea, partiendo de un concepto simple que no está relacionado con las normas de la arquitectura, inspirándose también en tendencias ya existentes. Su obra se caracteriza por un caos ordenado en el que la geometría es una parte fundamental. Partiendo de la idea de arquitectura como una disciplina anclada en normas rígidas donde no hay cabida para la innovación extrema, Frank Gehry introduce su concepto de belleza a través de conceptos básicos de luz, espacio, dinamismo y volumen. Todas sus obras tienen un gran componente artístico siendo vistas a su vez como esculturas, un revestimiento externo de la estructura del propio edificio.
Su percepción de la estética es el resultado de la unión de los conceptos anteriormente mencionados y que relacionados en diferentes proporciones dan lugar a varios ideales de belleza; por tanto no consideramos que exista una única noción de belleza en la que se pueda englobar todas sus obras, sino que en cada una de ellas reside un ideal propio adecuado a las características de la misma.
A través de la que es su obra más conocida el Museo “Guggenheim” de Bilbao, podemos observar como relaciona las obras con su entorno físico, haciendo que estas sean parte de la ciudad así como de su cultura. El material más utilizado por él es el metal, siendo el titanio una de sus preferencias por el juego de luces que produce al relacionarlo con las formas envolventes y fluidas de su arquitectura. El cristal hace que este juego pueda llegar al interior de sus edificios, como se menciona en el documental del director estadunidense Sydney Pollack. A parte de fijarse en estos detalles no descuida la funcionalidad de sus trabajos, una de sus mayores prioridades a la hora de llevar a cabo sus creaciones.
Hemos elegido como imagen ilustrativa de este texto la Floralis Generica del autor argentino Eduardo Catalano, porque consideramos que esta es una buena representación de los principios de F. Gehry. Las similitudes más significativas son la utilización del metal como material principal, por sus propiedades reflectantes que la hacen más espectacular. Nos pareció llamativa por sus grandes dimensiones y los juegos de luces existentes en sus superficies curvilíneas, recordándonos de esta forma a los trabajos del estadunidense.
El proceso creativo comienza a través del desarrollo de una idea, partiendo de un concepto simple que no está relacionado con las normas de la arquitectura, inspirándose también en tendencias ya existentes. Su obra se caracteriza por un caos ordenado en el que la geometría es una parte fundamental. Partiendo de la idea de arquitectura como una disciplina anclada en normas rígidas donde no hay cabida para la innovación extrema, Frank Gehry introduce su concepto de belleza a través de conceptos básicos de luz, espacio, dinamismo y volumen. Todas sus obras tienen un gran componente artístico siendo vistas a su vez como esculturas, un revestimiento externo de la estructura del propio edificio.
Su percepción de la estética es el resultado de la unión de los conceptos anteriormente mencionados y que relacionados en diferentes proporciones dan lugar a varios ideales de belleza; por tanto no consideramos que exista una única noción de belleza en la que se pueda englobar todas sus obras, sino que en cada una de ellas reside un ideal propio adecuado a las características de la misma.
A través de la que es su obra más conocida el Museo “Guggenheim” de Bilbao, podemos observar como relaciona las obras con su entorno físico, haciendo que estas sean parte de la ciudad así como de su cultura. El material más utilizado por él es el metal, siendo el titanio una de sus preferencias por el juego de luces que produce al relacionarlo con las formas envolventes y fluidas de su arquitectura. El cristal hace que este juego pueda llegar al interior de sus edificios, como se menciona en el documental del director estadunidense Sydney Pollack. A parte de fijarse en estos detalles no descuida la funcionalidad de sus trabajos, una de sus mayores prioridades a la hora de llevar a cabo sus creaciones.
Hemos elegido como imagen ilustrativa de este texto la Floralis Generica del autor argentino Eduardo Catalano, porque consideramos que esta es una buena representación de los principios de F. Gehry. Las similitudes más significativas son la utilización del metal como material principal, por sus propiedades reflectantes que la hacen más espectacular. Nos pareció llamativa por sus grandes dimensiones y los juegos de luces existentes en sus superficies curvilíneas, recordándonos de esta forma a los trabajos del estadunidense.
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